Revista Social Fronteriza ISSN: 2806-5913 | doi: 10.59814/resofro.2024.4(1)132
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beneficio económico estatal.
5. Discusión
Este estudio tiene como objetivo analizar cómo los factores socioeconómicos influyen en la vida diaria de
los adultos mayores, especialmente enfocándose en posibles disparidades sociales que puedan existir, tomando
en cuenta que, para alcanzar un envejecimiento activo, los Adultos Mayores deben tener acceso a actividades
remuneradas acorde a sus capacidades y necesidades; de igual manera deben ser beneficiados por entidades de
gubernamentales de índole social con el fin de mejorar su calidad de vida.
Los resultados evidencian que, el 93,9 de los adultos mayores no ejercen una actividad laboral remunerada,
mientras que, únicamente el 6,1 % cuentan con una situación laboral remunerada. Estos resultados difieren de
lo presentado por Flores-Villavicencio et al. (2017) en su investigación sobre el proceso de transición del
Adulto Mayor al envejecimiento activo y demostrando que, “el 52.3% continuaban en actividades productivas
remuneradas y el 47.4% continuaban realizando actividades no remuneradas” (p.52).
Con respecto a la remuneración recibida por los Adultos Mayores que se encuentran realizando actividades
remuneradas se determina que, el 93,8% no reciben remuneración alguna por temas laborales, el 3,2 % recibe
entre 101 y 200 dólares, el 1,8 % recibe entre 50 y 100 dólares, y el 0,4 % exponen que reciben una
remuneración comprendida entre 201 y 300; 301 y 400; 401 y 500, dólares respectivamente, estos resultados
demuestran que la mayoría de los adultos mayores no reciben remuneración o reciben un monto inferior a un
salario básico. Estos datos concuerdan con lo expresado por Leija-Rodríguez y Guadalupe (2010) en su estudio
sobre el perfil socioeconómico del Adulto Mayor en el cual “se identificó que 70.0 % cuentan con ingreso
mensual igual o menor a un salario mínimo” (p.7).
Sobre las actividades no remuneradas que realizan los Adultos Mayores los resultados demuestran que, 48,7
% manifiestan que realizan actividades agrícolas, el 25,3 % no realizan actividades, el 12,3 % manifiestan que
realizan actividades de ganadería, el 5,1 % mencionan que realizan actividades de jornalero/a, el 1,4% refieren
que realizan actividades de construcción, el 0,7 % afirman que realizan actividades de apicultura y el 6,5 %
realizan otras actividades no remuneradas. Estos datos presentan cierto nivel de relación con lo expresado por
Flores et al. (2016) en su estudio sobre el apoyo social y el envejecimiento activo en zonas rurales, donde
determina que “el 47.4% realizaban actividades productivas, pero sin remuneración económica” (1325).
Demostrando de esta manera la falta de compromiso social con los Adultos Mayores que realizan actividades
productivas, pero que no son recompensados por tal situación. Tomando en cuenta a la jubilación como un
factor socioeconómico que beneficia directamente al Adulto Mayor, los resultados obtenidos determinaron
que, el 86,6 % no presentan condición de jubilado o jubilada, mientras que, únicamente el 13,4 % se encuentran
jubilados. Estos resultados demuestran estrecha relación con lo expuesto por Flores-Villavicencio (2017) quien
expone que “el 63% de los adultos mayores en la actualidad no contaba con jubilación o pensión” (p.51).