y fundamental de la soberanía y autonomía corporal de los individuos sobre sí mismos,
2. Obligarles a recibir ideologías que no están aptas para la edad del estudiante,
3. De abrogarse como plantel educativo, el ser policía de pensamiento, de la libre expresión o de la
libertad de conciencia desclasificado, cancelado, vetando, censurado o discriminado negativamente,
a aquellos estudiantes, quienes dentro del proceso de aprendizaje y cognición discriminan sobre
taxonomías biológicas, bioquímicas, genéticas, antropológicas, bioéticas o anatómicas de la
racionalidad y de la vida misma,
4. De imponer a los estudiantes infantes, adolescentes o adultos el actuar negando su anatomía
biológica, sus procesos biofísicos y psico-biológicos según su edad;
5. De imponer a los estudiantes menores (pequeñines) o adolescentes neocolonialismos educativos
hiper-sexualizantes o sexualizados, que vulgarizan el recato personal y la intimidad. Hoy por hoy,
de la subcontratación o tercerización del proceso educativo-pedagógico del aprendizaje de inglés con
institutos de lenguas extranjeras, sometiendo al educando el tener que obtener certificados de otro
idioma en esos lugares, para continuar con la matrícula en el establecimiento educativo primigenio.
Otro fenómeno de degradación pedagógica, bien por desconocimiento o por abuso de la posición
dominante de las instituciones educativas del sector privado en el ciclo de primaria, secundaria e
instituciones de educación superior; que afecta la dignidad humana del estudiante, su libertad y
violenta su derecho al consentimiento pleno e informado en su soberanía corpórea. Ya que, sobrepasa
la esfera escolar para introducirse con el abuso palmario del derecho de los establecimientos
educativos privados del ciclo de primaria, bachillerato y universitarios, al concretarse en situaciones,
hechos, actividades propias de la esfera íntima y personal (de menores, y familias) en la salud y en
consentimiento pleno de los estudiantes adultos o menores.
Exhibiendo que esos antipedagógicos reglamentos imponen: él sometimiento de la libertad de
elección, el derecho al libre desarrollo de la personalidad y el derecho humano de la libertad;
coaccionando a los padres acudientes y representantes de estudiantes menores de edad, o de los
estudiantes adultos, al cohibir el ejercicio de las libertades individuales de educandos e integrantes
de la comunidad educativa que son los padres.
Otro rasgo antipedagógico presente dentro de los reglamentos estudiantiles y Manuales de
convivencia, es que en la actualidad se han transformados en normas de supresión, aniquilación y
destrucción de los derechos de los estudiantes y de sus familias: respecto a los derechos de
autodeterminación, del libre desarrollo de la personalidad, del derecho a la libertad de pensamiento,
del derecho a la libertad de expresión, del derecho a la libertad de movilidad, derecho de la libertad,
derecho de oposición, derecho al pensamiento crítico.
Son antipedagógicos porque relegan y restringen la participación democrática del estudiante, y lo
limitan a tener que ser determinado y tratado como un apéndice molesto, pero necesario del contrato
escolar. Cuestión que incumbe y se potencializa de las fallas de los docentes de instituciones
educativas particulares, cuando son analfabetos pedagógicos. Teniendo en razón, que por ser ignaros
en la ciencia de la enseñanza-aprendizaje y cometer conductas antipedagógicas por la ignorancia, en
pedagogía, permiten y fomentan reglamentos y manuales de establecimientos educativos privados
sin la intervención de los estudiantes y que al ser publicados presentan una carente interacción escolar
entre el plantel, el docente, el educando y la comunidad educativa
Aquí conviene detenerse, para explicar como uno de los elementos intrínsecos más importantes “del